martes, 19 de marzo de 2013

Microrelato

EL BESO VERDE

Si me besas me convertiré en príncipe.

La princesa no salía de su asombro. Sobre su almohada, con encajes, una rana verde la miraba con ojos suplicantes.

Si me besas me convertiré en príncipe.

La princesa dudaba ante aquella imprevista aparición. Por una parte, su curiosidad y su romanticismo, la animaban a la aventura de dar el beso y conocer sus consecuencias; por otra su repulsión ante semejante bola verde y viscosa la hacían detenerse. No sería muy agradable para sus labios, pensaba, el contacto con semejante piel, y ella estaba acostumbrada a todas las delicadezas, a besar suaves mejillas sonrosadas y no horribles ranas verdes.

Si me besas me convertiré en príncipe, repitió la ya impaciente rana.

Y pudo más la curiosidad: la princesa acercó sus labios y puso sobre la dichosa rana un beso, que al instante la transformó en el más hermoso príncipe que pudiera soñarse.

Y a su vez, como un flash, y ante el asombro del príncipe, la princesa se convirtió en la viscosa rana verde con unos ojos enormes, no se sabe si por su condición de rana, o por la estupefacción que le produjeron las consecuencias de su beso.


Moraleja: no beses por curiosidad, sólo besa si te apetece.

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