Tres asesinatos en tres meses. Tres mujeres. Tres proclamaciones en las que el asesino hace alusión a siete "sanciones".
La policía de Berlín se encuentra bajo una presión insostenible. De pronto, los asesinatos se detienen y lo que parecía un calvario pronto comienza a quedar en el olvido. Pero para Helena Faber, la fiscal de distrito, este silencio es tan solo el principio.
Un año más tarde la cuarta mujer aparece brutalmente asesinada y Helena comienza la caza del hombre que se hace llamar a sí mismo Dionisio, un asesino en serie obsesionado por el odio a las mujeres. Esta cacería no será tan solo el principio de una carrera contrarreloj, sino también una lucha para sobrevivir, ya que Helena Fabel ha sido señalada como una de sus posibles víctimas. Y Dionisio no se rendirá hasta que Faber no haya sido "sanada".
Una mezcla entre El silencio de los corderos y Memento. Un thriller que te enseñará lo que es el miedo.
Esta novela me ha gustado porque ya no solamente es la caza del asesino en serie que se burla de toda la policía y la fiscalía berlinesa, sino porque tiene un buen trasfondo argumental sobre la psicología del asesino y el problema de memoria disociativa que padece su protagonista. Ambos son claves para desentrañar y entender los motivos que llevan al criminal a obrar como y porqué lo hace.
Está escrita con maestría, no es el típico thriller al uso que podemos encontrar ahora en las librerías, tiene un buen final, no es previsible y no me extraña que la hayan comparado con El silencio de los corderos, ya que el tema tan complejo de la psicología de estos malvados personajes es un tema muy difícil de plasmar en el papel y que da mucho juego en la ficción, pero también hay que saber comunicarlo y en eso el autor, para mi gusto, lo hace de maravilla.
Es una lectura distinta y me ha gustado mucho, por lo tanto la recomiendo.
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