La aparición de dos chicas jóvenes inconscientes y con heridas graves a la entrada del Hospital Civil de Venecia pone a Brunetti y Griffoni tras la pista de dos jóvenes venecianos que podrían haber incurrido en un delito de omisión del deber de socorro. Se trata de Marcelo Vio y Filiberto Duso, dos amigos desde la infancia, muy diferentes entre sí: Duso trabaja como abogado para la firma de su padre, mientras Vio dejó de estudiar de niño y se gana la vida trabajando para su tío, que tiene un negocio de transporte de mercancías y una pequeña flota de barcas.
Pero lo que en un principio parecía una travesura de dos jóvenes que solo querían pasarlo bien, destapará algo mucho más grave: una conexión con la mafia de tráfico ilegal de personas encargada de traer hasta Venecia a inmigrantes africanos. Brunetti y Griffoni tendrán que unir fuerzas con un nuevo aliado, el capitán Ignazio Alaimo, el oficial encargado de la Capitaneria di Porto, que lleva años siguiendo la pista de los traficantes.
Una entrega más del Comisario Brunetti en la maravillosa e histórica ciudad de Venecia y una vez más las críticas a la realidad actual de esta ciudad con todos los inconvenientes como telón de fondo pero interesante y apasionante como nos tiene acostumbrados esta autora.
En esta ocasión el comisario se ve involucrado en unos delitos que surcan Venecia y sus habitantes, delitos de actualidad y que en la Bella Italia desde luego también puede y de hecho ocurren.
Entre la vida en la comisaria y la vida familiar este personaje, esta autora nos sumerge en una narración ágil, amena y entretenida que hará las delicias de los fans de Brunetti.
Me ha gustado mucho como todas las de la serie Brunetti y su querida Venecia y la recomiendo.
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