Estamos pues ante una novela de género, con muchas cualidades, con una historia original y convincente, bien hilada, con giros espectaculares en la trama y con una segunda parte que aprueba de manera sobresaliente el desarrollo del juicio. A quien le gusten las películas americanas de cine negro que se desarrollaban en una sala judicial, con El jurado número 10 se lo pasará en grande. Porque en ese juicio todos son culpables: los abogados, los peritos, los jurados, los policías, el fiscal, todos menos...
El lector lo tendrá que descubrir con la lectura del libro, ya que va ganando atractivo según va avanzando la historia. Al final, hasta ese abogado se convierte en la persona que quería ser, eso sí, siempre con remordimientos. Los remordimientos de alguien que quiere ser ante todo honesto consigo mismo.
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