A menudo olvidamos la fragilidad de nuestras democracias. Y es que el exceso de opiniones y de puntos de vista no significa necesariamente que sostengamos un sistema político abierto.
Ramón Sandoval, un inmigrante español refugiado en París, trabaja como chófer tras perder su particular guerra en España. Pero la capital francesa en 1961 no es un paraíso. El conflicto argelino aviva los peores resentimientos en algunas facciones del ejército que amenazan con derrocar la democracia bajo el pretexto del colonialismo.
Argelia está inmersa en su cruel guerra de independencia y, mientras, la V República de De Gaulle, en el París que se debate entre las luces y las sombras, es amenazada por las pretensiones imperialistas de algunos altos cargos militares.
La llegada a París de la estrella de Hollywood Linda Darnell, convierte a Ramón en su chófer particular. Junto a ella, entrará en contacto con cineastas y escritores, reflejo del vivo mosaico cultural que es la ciudad. Y no solo eso, Maurice Papon, el mismísimo jefe de la policía parisina, le asigna el papel de protector de la actriz. Existen, al parecer, fundadas sospechas de que Darnell podría ser objeto de un atentado por parte del FLN en su lucha por la independencia de Argelia. Ramón se convierte así, sin él saberlo, en una pieza más de un complejo engranaje.
Es una novela llena de emoción. El protagonista principal Ramón me ha cautivado, es un personaje desengañado de la vida y de la política, una persona triste pero que no pierde la esperanza de que en algún momento cambie su suerte.
Sin olvidar los otros personajes de la trama, que cada uno tiene su lugar y momento en la obra.
En definitiva, una lectura distinta y cargada de sentimientos.
En definitiva, una lectura distinta y cargada de sentimientos.
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