Marzo de 1976. En un pueblo recóndito de la geografía española se ha producido un turbio suceso en el que han muerto una anciana y un pintor austriaco, y ha sido violada una adolescente. Tras una investigación resuelta con sorprendente celeridad, la Guardia Civil da por cerrado el caso.
A Eugenio, joven maestro que tiene allí su primer destino, no le convence la versión oficial del asunto, no cree que el extranjero fuese culpable del doble delito. Además, la preocupación por su alumna, la adolescente que desde aquel día permanece recluida en la mansión familiar, le impulsa a comunicarse con ella a espaldas de la familia.
Esa misma noche se presentan en su domicilio los tíos gemelos de la estudiante y le dan una paliza brutal. Al franquear el muro de silencio que don Alfonso Valverde, el enigmático abuelo de su alumna, había levantado en torno a sí y su familia, el joven maestro había cometido un gravísimo error que lo dejará marcado para siempre.
Muchos años después, Eugenio decide averiguar qué ocurrió realmente aquel día fatídico y por qué se ocultaba el abuelo de Carmen. Entonces descubrirá que el anciano no era quien decía ser, que tras su identidad se escondía un personaje infame, un implacable verdugo que se ensañaba con sus víctimas durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra.
Tomando estos hechos como punto de partida, y con los ingredientes propios del thriller, la novela histórica y el melodrama, Federico Abad elabora un argumento vertiginoso donde los personajes, insertos en la historia más reciente de nuestro país, se persiguen desesperadamente unos a otros en diversos planos temporales. De este modo la novela se desarrolla como un entramado de relatos que a su vez contienen otros, a la manera de las muñecas rusas.
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