La mañana del 25 de diciembre el cadáver de una joven muchacha fue encontrado a las espaldas del Coliseo Amauta. Tenía el rostro desfigurado a causa de diversas contusiones además de dos puñaladas en el vientre. La Policía ha identificado este asesinato semejante al de la profesora Guillermina Roel, muerta semanas atrás. Es así como descubren que el asesino solo mata mujeres de características especiales: son de corta estatura, gruesas y tienen cabello ondulado. Los investigadores no han encontrado ninguna pista en la escena del crimen que los ayude a atrapar al culpable, salvo una cosa extraña: una bolsa de snacks. La conclusión policíaca es la siguiente: Lima tiene un asesino en serie y a partir de ese momento, ninguna mujer se encuentra segura en ningún lugar de la capital. Solo hay un hombre que puede resolver estos misterios y este es el investigador más apreciado de la Policía Nacional, el oficial Leopoldo Chacaliasa.
Es una novela que atrapará de inicio a fin, en donde el suspense es la esencia del libro. El lector es partícipe activo en la resolución de cada uno de los múltiples misterios que encierra la obra.
Una narración que presenta cuadros muy realistas, en un modo tal que despiertan en el lector reacciones extremas, que van de la certeza a la duda, del asco a la compasión y de la ternura a la repugnancia. Una trama bien hilvanada y con un final redondo. Muestra a la sociedad peruana en un claro discurso de denuncia social. Está bien, además es bueno leer novelas policíacas del otro lado del Atlántico.
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