La pequeña localidad islandesa de Grindavik amanece con todos los miembros de una familia brutalmente asesinados. En uno de los países del mundo con menor tasa de homicidios por habitante, el comisario de la Brigada de Homicidios de Reykjavik, Ólafur Olafsson, se enfrenta al caso más escabroso que ha visto justo en el ocaso de su carrera profesional. Pero muy pronto todas las pistas empiezan a apuntar hacia un sofisticado asesino en serie, Augusto Ledesma, que durante varios años ha ido componiendo una siniestra poética de versos regados de sangre a lo largo y ancho de Europa.
Ante tales evidencias, la INTERPOL decide poner al frente del caso al jefe de la Unidad de Búsqueda Internacional de Prófugos, Robert. J. Michelson, que se rodeará de un grupo especial integrado por algunos «viejos conocidos» del asesino. Con esta última novela de la trilogía se cierra el círculo. Brillante y perfecto final para la caza de este escurridizo asesino en serie que no ha dado tregua a los miembros de la policía de varios países europeos. Totalmente adictiva y recomendable.
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