Javier, estudiante universitario, vive en un destartalado bloque de viviendas situado en un céntrico barrio de Madrid. Su padre, Jacinto, se pasa el día sentado en la cocina, mirando hacia el techo, en un estado de semi inconsciencia provocado por un traumático suceso ocurrido poco después del nacimiento de su hijo. Tanto Javier y sus padres, como los demás vecinos, le pagan un mísero alquiler a Don Servando, casero de la finca. Cuando hacen su aparición las primeras grietas en el edificio, comienza también el nerviosismo. En primer lugar, entre los vecinos, ante la posibilidad de ser desalojados por el riesgo de ruina. Por otro lado, entre el casero y su hijos, al vislumbrar la ocasión de derribar las viviendas para edificar una promoción mucho más rentable.
A valores tales como la abnegación, la solidaridad, la superación personal, el sacrificio, un positivismo capaz de mover montañas, y una carga de vitalidad que sacude capítulo a capítulo el alma del lector, se une un elenco de personajes inolvidables, como Elena, Don Gaspar, la madre de Javier, Don Vitorio, Monzón, el albañil Rebollo o el inquietante Carbonell.
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