Una mujer aparece muerta en un céntrico hotel de Barcelona. El caso recae en el jefe del grupo de Homicidios que recurre a la recién llegada Candela Luque, agente del Grupo Experimental de Policía, para llevar a cabo la investigación.
La joven pertenecía a un grupo de ventas, que proliferaban en la época, pero la aparición de unos brillantes y la huida de los jefes, junto a la desaparición de las restantes compañeras de la víctima, complica los hechos.
Candela viaja a la isla de Tenerife buscando respuestas porque la joven asesinada era de allí. Encontrará tráfico de drogas, corrupción policial, pero no al asesino que a punto está de acabar también con ella.
Es la primera de la saga y me ha gustado mucho, como lo hizo en su día El asesino del ajedrez. En esta la protagonista tiene que lidiar con las costumbres sociales machistas, con una policía y sistema judicial del régimen dictatorial, pero a la tenaz Candela no se le pone nada por delante.
Relata muy acertadamente los acontecimientos políticos de aquella época y sus cambios.
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