
Compatibilizar sus obligaciones de madre con su trabajo, a pesar de las ausencias intermitentes de su marido por exigencias laborales, incluso la turbadora presencia del enigmático Roberto Rial, responsable de la unidad de Homicidios de la central en Madrid, no son ni de lejos la principal preocupación de María. Su verdadero problema tiene nombre y apellido: Amparo García, su suegra.
Me ha gustado, de entretenida lectura en todo momento, invitándonos a que tomemos el papel de María Médem para resolver los enigmáticos asesinatos que se suceden. Se nota la experiencia personal del escritor en el terreno policial.
Si quieres comprar esta novela en Amazon, pincha el siguiente enlace: No nos dejan ser niños
No hay comentarios:
Publicar un comentario