Tras una pesadilla, el forense Gonzalo Feomorel despierta sobresaltado antes del amanecer. Aturdido, repara en un pendiente de mujer brillando en su mesilla de noche. Lo más lógico es que pertenezca a su novia, pero ha dormido solo, y no le resulta familiar.
Horas después aparece el cadáver de una joven cuyos órganos sexuales han sido amputados. Sobre el vientre, una flecha roja; sobre sus ojos, una cinta adhesiva negra. No es un crimen corriente y va a poner a prueba a la inspectora de homicidios Loren Barceló y a su compañera Mónica Rojo.
Al llegar Gonzalo al Instituto Anatómico Forense para colaborar en la autopsia, un objeto perteneciente a la víctima llama su atención: se trata de un único pendiente ¡idéntico al que ha encontrado en su casa! Muy extrañado, no menciona su hallazgo, pero un oscuro sentimiento le invade… ¿Es posible que sea una coincidencia, o se trata de algo a lo que no quiere enfrentarse?
Una novela en la que nadie es quien cree ser. Una historia en la que la verdad y la mentira no son más que conceptos que la realidad supera. Y con un final inesperado y sorprendente.
Suspense hasta el final. Extraordinario relato.
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