martes, 21 de febrero de 2017

Un lugar a donde ir de María Oruña

Han transcurrido varios meses desde que Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, fuese testigo de varios asesinatos que sacudieron a sus habitantes. Sin embargo, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, aparece el cadáver de una joven en La Mota de Trespalacios, un recóndito lugar donde se encuentran las ruinas de una inusual construcción medieval. Lo más sorprendente del asunto no es que la joven vaya ataviada como una exquisita princesa del medievo, sino el objeto que porta entre sus manos y el extraordinario resultado forense de la autopsia. 

Cuando hasta los más escépticos comienzan a plantearse un imposible viaje en el tiempo, comienzan a ocurrir más asesinatos en la zona que parecen estar indisolublemente unidos a la muerte de la misteriosa dama medieval. 

Mientras Valentina Redondo y su equipo investigan los hechos a contrarreloj, Oliver Gordon, ayudado por su viejo amigo de la infancia, el músico Michael Blake, buscará sin descanso el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido desde hace ya dos años, y descubrirá que la verdad se dibuja con contornos punzantes e inesperados.



Una gran novela policíaca que mantiene la intriga desde el primer capítulo y muy bien documentada. Unos asesinatos que, aparentemente, no tienen nada en común, pero que al final confluyen en un resultado inesperado. Un recorrido por el tiempo visitando  México, Italia, Suiza, Alemania, Polonia y por supuesto la belleza de Cantabria, que es donde se desarrolla la investigación, deleitándonos con la magia que destilan sus paisajes, las cuevas con sus secretos, restos medievales... Un gran final que deja abierto a mas entregas protagonizadas por Valentina, lo cuál me alegra bastante.

En esta novela se nota la madurez de los personajes, los cuales ya conocíamos de Puerto escondido. Al frente de la trama se sitúa la incombustible teniente de la Guardia Civil, Valentina Redondo y su equipo. En la vida personal de Valentina y Oliver también habrá descubrimientos y cambios importantes. No quiero desvelar mucho más, recomiendo su lectura y que la disfrutéis como yo lo he hecho. Aviso a las lectores que os será muy difícil, casi imposible dejarla en muchos momentos. Es de esas novelas muy entretenidas que te dejan pegado a sus páginas y despiertos toda la noche.

A mí me han gustado mucho todas y cada una de sus páginas. La verdad es que la he disfrutado muchísimo por la historia en sí, por sus personajes, por su ambientación y por la prosa de María Oruña, que sigue siendo muy cuidada, con un léxico muy rico. Se nota que es una novela muy trabajada y el resultado es asombroso. La autora se nota que ha dedicado mucho tiempo a la construcción de la novela, parándose en los detalles y dibujando cada escena con mimo. 

Recomendable 200% y si el tiempo libre se lo dedicas a este libro por la noche, acuérdate de acompañar una buena taza de café para poder levantarte al día siguiente.


María Oruña (Vigo, 1976), gallega de padre cántabro, desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado Un lugar a donde ir y su novela anterior, Puerto escondido (Destino, 2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, el francés y el catalán. En ambas novelas los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. Oruña es abogada y actualmente compagina esta profesión con la escritura. Ya está trabajando en su próxima novela. 


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2 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu reseña, yo voy por la mitad del libro, y no podré cogerlo en dos días (nietos-vaciones cole)

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    1. Gracias Esther, ya sabes que las opiniones en general me satisfacen y la tuya en particular más, ya que intuyo que tenemos los mismos gustos, sobre todo con María. El lunes cogerás la lectura con mas ansiedad. Disfrútala, eso es lo importante.

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