Empezamos por el final de Chris Whitaker

Duchess Day Radley es una joven de trece años que se autoproclama «proscrita». Las normas son para otra gente. Ella es la fiera protectora de su hermano de cinco años, Robin, y la figura adulta para Star, su madre soltera, incapaz de cuidar de sí misma y mucho menos de sus dos hijos.

Walk es ahora el jefe de policía local, pero sigue intentando sanar la vieja herida de haber sido el testigo que tres décadas atrás mandó a prisión a su mejor amigo, Vincent King, que se dispone a salir de la cárcel. Y Duchess y Walk deben afrontar el problema que supondrá su vuelta.

Esta no es una novela negra típica aunque la califiquen como tal. Tiene intriga si, pero detrás de todo el argumento se esconde una historia desgarradora de amistad, de crímenes, de castigo, de redención, de resignación, de lucha...

Los personajes son de los que dejan huella hasta el final. Actúan de esa manera obligados por las historias personales y por las circunstancias tan duras por las que atraviesan, sobre todo el personaje principal Duchess que es una persona llena de rabia y a la vez de ternura.

Es una historia dura pero contada magistralmente con tacto y con cariño. Es triste pero cautivadora.

Buena novela con personajes muy potentes con un final inesperado que te dejará asombrado.

Muy recomendable. Me ha gustado mucho.

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