Lisbeth Salander está inquieta. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y está asumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios. Quienes le critican, insisten en que Mikael Blomkvist ya es historia. Una noche, Blomkvist recibe la llamada del profesor Frans Balder, un eminente investigador especializado en Inteligencia Artificial quien afirma tener en su poder información vital para el servicio de inteligencia norteamericano. Su as en la manga es una joven rebelde, un bicho raro que se parece mucho a alguien a quien Blomkvist conoce demasiado bien. Mikael siente que esa puede ser la exclusiva que él y Millennium tanto necesitan, pero Lisbeth Salander, como siempre, tiene sus propios planes.
Reconozco que esta parte de la saga Millennium me ha descolocado bastante. Hasta la mitad de la novela se me ha hecho algo farrogoso, ya que toca temas bastante complicados para los profanos en las materias como es el espionaje industrial y los "hackers". No obstante, a partir de ese momento empieza la acción y salva un poco la novela. El final deja la puerta abierta a mas entregas de este boom literario, por lo que tendremos saga Millennium para rato. Menos mal que el estilo de narrrativa de este autor no tiene nada que ver con el difunto Stieg Larsson, por lo que resulta bueno que no haya tratado de imitarle. La novela en definitiva es pasable, se deja leer, pero nada mas. A mí, personalmente me gustaron más las antiguas entregas de la saga. Un aprobado raspadillo de nota.
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