Bélgica, diciembre 1944. Los alemanes han iniciado una contraofensiva en las Ardenas. Renée, una niña judía de siete años que ha sido acogida en una granja cuando huía de la persecución nazi, es confiada a unos soldados americanos. Sin embargo, al quedarse a solas con ellos, la pequeña descubre horrorizada que, en realidad, se trata de unos oficiales de las SS infiltrados en las filas aliadas. Los hombres no parecen tener dudas: hay que acabar con la niña de un disparo. En el bosque. Sin misericordia.
Cuando llega el momento de la terrible ejecución, uno de los oficiales, conmovido por la impasible mirada de Renée, cambia de opinión y dirige la bala mortal contra su compañero. A partir de ese momento, los destinos de la niña judía y de Mathias, el soldado nazi, avanzarán juntos, convirtiéndose él en su escudo protector frente a un mundo en guerra, caótico y descarnado.
Una historia intensa y hermosa, ambientada en la Bélgica ocupada de la Segunda Guerra Mundial, que nos muestra que incluso en los momentos más duros existe un espacio para la esperanza.
Una bella historia escrita con una prosa deslumbrante y con un ritmo cinematográfico que atrapa desde la primera página. Una historia de amistad y valor en la Bélgica ocupada en la que saca a la luz lo mejor y lo peor de las personas que lo vivieron.
Es una lectura intensa, muy bien redactada y que mantiene un ritmo muy bueno. Tiene momentos muy dolorosos y crueles pero lo compensa con la reconciliación del ser humano en tiempos de guerra.
Preciosa historia que la van a llevar a la gran pantalla, me ha recordado en algunas ocasiones a La ladrona de libros, historias en las que siempre hay un lado hermoso, aunque estén ambientadas en un conflicto tan atroz como fue la Segunda Guerra Mundial. La recomiendo, me ha gustado mucho.
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