Minoru Aose es un arquitecto de mediana edad cuya carrera y familia se desmoronaron con el estallido de la burbuja económica de Japón y que ha acabado refugiándose en la mediocridad.
Sin embargo, su vida da un vuelco cuando recibe un encargo muy peculiar: diseñar una casa a su antojo en el espléndido terreno que sus clientes, los Yoshino, poseen en las montañas.
El resultado final despierta entusiasmo y reconocimiento, y acaba situando a Aose a la vanguardia de su especialidad.
Pero un día descubre que la casa está vacía, y que es posible que nadie la haya habitado nunca.
Encuentra el modo de entrar y descubre huellas, un teléfono conectado y una silla muy peculiar, al parecer diseñada por el prestigioso arquitecto modernista Bruno Taut, colocada delante de una ventana por donde entra la luz del norte, pero no hay ni rastro de personas. ¿Qué ha ocurrido con los Yoshino?
El interrogante se transforma en búsqueda y luego en una obsesión que llevará a Aose a hurgar en el pasado de sus clientes desaparecidos, así como en el origen de aquella silla y el destino de Taut.
Minoru Aose es un arquitecto desconocido en el sector y que cuando estalla la burbuja económica en Japón se divorcia.
Su vida cambia cuando recibe un encargo: construir una casa dónde a él le gustaría vivir. Con esta premisa, Aose se pone manos a la obra y diseña una casa que le otorga fama entre su gremio.
Al darse cuenta meses después de haberle entregado la casa a sus dueños, los Yoshino, que estos han desaparecido sin dejar rastro y que la casa no tiene señales de haber sido habitada, es cuando Aose emprenderá un viaje a que lo llevará a través de varias ciudades de Japón para intentar averiguar que le ha podido pasar a la familia. Pero además, este viaje llevará a Aose a recordar su pasado y a revivir traumas que estaban ocultos pero que siempre han estado ahí.
La trama se va construyendo como si de un rompecabezas se tratara y al final de la novela todo queda conectado.
La prosa de este autor es pausada, simple, compleja y con dotes de habilidad narrativa.
Los personajes son muy importantes en la novela. Son complejos, están muy bien definidos, tienen profundidad, son realistas y creíbles. Tanto los principales como los secundarios les dan a la novela un enriquecimiento psicológico.
Una novela en la que se palpa la pasión por la arquitectura y el interiorismo. Son notorias las descripciones de la cultura japonesa, los valores humanos, el honor, el respeto a los ancestros...
El resultado es una novela cargada de simbolismo, de amor y redención, de luz y oscuridad. Muy bien escrita y el autor además aporta a los personajes carisma y profundidad.
La novela cautiva al lector desde el principio.
En otra ocasión leí otra novela de Hideo Yokoyama y mi crítica no fue tan buena como en esta ocasión.
Ahora si que me ha atrapado con esta historia fascinante que me ha gustado bastante y recomiendo su lectura.
Es un tipo de literatura que no tiene nada que ver con la occidental y se nota, por lo que si buscas algo convencional, no lo vas a encontrar aquí.
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Lo poquito que he leído de literatura japonesa me ha gustado. Y por lo que cuentas de esta novela, me atrae mucho. Tomo muy buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues esta novela te va a encantar. Besos
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